Con tanta vista increíble, me costó mucho prestar atención al curso (y eso que estaba buenísimo). En medio de una explicación muy rebuscada sobre granjas de servidores, me vibra el celular. Era Betty:
- Che nena... ¡¡ No tengo interné !!. ¡¡ Me dice que ponga la clave !!
Salí como tiro del salón y le tuve que explicar que su vecino se había dado cuenta de que le tomábamos prestada la conexión y por eso la bloqueó con una clave.
- Pero la reputísima madre con este cornudo... Nena, vení que así me ayudas a poner interné en casa para mi sola.
Cuando terminó el curso (a eso de las 6), me fui volando para allá, con una lista de proveedores y precios en el historial de mi navegador, para que Betty pudiera elegir. Bajé del taxi, pagué y como llovía, corrí al hall del edificio. Toqué el portero eléctrico...
Yo: - Hola Betty, soy Clau. Abrime
Ella bajó, medio desaliñada, como quien se levanta de la siestita del domingo...
Betty: - ¡ Nena !. ¡ Viniste, tesoro !. No te puedo atender ahora Clau, perdoname... Estoy con el contador del 4° que él sí tiene interné y me va a dar la clave para que yo también tenga. Andate y vení mañana que te invito a cenar comidita rica.
Me abrazó fuerte, me dió un beso y 120 pesos para que me vaya en taxi a casa. Yo no salía de mi asombro. Cuando me di vuelta en la vereda para llamar al taxi, siento un chiflido...
Betty: - Che nena, ¿vos no tenés algun forro en la cartera, no?.
me gustan estas cosas, cotidianos dialogos que afirman que estamos todos locos, ja!
ResponderEliminarLo estamos !
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