Entre mate y mate, supe que Betty pasó por todo eso de ser mamá una vez (" -¡¡ Y gracias !!). Su hijo al parecer es un prestigioso jurista, que asesora un multimedios, y con ella tiene una relación muy peculiar: " - Es inteligente, pero medio pelotudo. Increíblemente lo quiero igual...".
Cuando llegó el momento de irse, amagué a llamar un taxi, pero Betty me paró en seco: "- es temprano y puedo tomar colectivos nena, ¡ no soy una vieja chota !".
Se puso el abrigo, abrió la cartera y sacó 2500 pesos, que dejó sobre la mesa. No quise aceptarlos, pero me miró seria y me dijo que esa era la única manera que tiene una persona con dignidad, de aprender a no endulzarse con la timba. Y tiene razón: yo casi más no llego a fin de mes por ese "desliz", pero ahora que recuperé la plata tampoco me siento tranquila, aún cuando ella me contó que había ganado muchísimo más que eso...
Cuando salimos del edificio, hacía bastante frío, por lo que la calle estaba bastante solitaria. Cuando llegabamos a la parada del 146, un chico se acercó a preguntarnos la hora. Cuando se la iba a decir, se levantó la campera mostrando que tenía un arma en la cintura:
- Tranquilas, no les va a pasar nada. Denme la plata y los celulares...
Betty abrió la cartera, pero en vez de la billetera sacó una pistola. Y apuntó directo a la cabeza del pibe.
Betty (con los ojos abiertos como dos platos) : -¡ LA REPUTISIMA MADRE QUE TE RECONTRA PARIO, PENDEJO DEL ORTO !. ¿¿ A VOS NADIE TE EXPLICÓ QUE ACÁ EN MI ZONA NO TENÉS QUE ESTAR???. ¡ TOMÁTELAS YA MISMO PORQUE TE QUEMO! .
Mi cagazo me había paralizado. El chico levantó las manos...
- Tranquila abuela...
B: - ¡YA MISMO TIRA EL ARMA AL PISO, MIERDA!
El chico tiró el arma. Betty la pateó y cayo a una boca de tormenta.
B: - Ahora te vas corriedo derechito a casa. Y si te vemos por acá, el mismísimo Turco te va a quebrar todos los huesos de las manos. ¡TOMATELAS, MIERDA !.
El pibe estaba casi tan asustado como yo, que nunca antes había visto a Betty en ese estado. Cuando el pibe se fue, Betty me miró, sus ojos recuperaron el tamaño normal aunque yo seguía igual de asustada.
Yo: - Betty... ¿Quién es el Turco?.
Betty: - No tengo la menor idea, nena...
Y apuntó el arma hacia mí.
Gatilló.
No hubo ningún "bang". En vez de ello , se oyó un "click", una llama asomó por el caño de la pistola y se oyó la voz de una desafinadísima ardilla cantando...
"Chooooorando se foi
quem um dia so me fez chorar...
Chooooooooooooooorando estara ao lembrar de um amor
Que um dia nao soube cuidar ....".
Hubiera muerto ahí mismo de un lambadazo.
Betty: - Ay nena... Vos tenés que aprender mucho... Estos son pendejos cagones... Tomá, te regalo a Juanita, que vos la necesitás más que yo...
El 146 vino, Betty se subió y me saludaba desde arriba.
Y yo me volví a casa. Betty no sólo era una maravillosa actriz, sino que estaba total y rematadamente loca.
Y con "Juanita" en la mano, me fui por la ciudad porteña, sintiéndome mucho menos insegura.
Savage Streets (1984)
Hace 7 meses
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