Y me pasé el día durmiendo.
Betty no llamó ni dió señales por internet (aunque mucho no le gusta, chatea lo más bien con el messenger y aprendió solita) así que descansé todo el día.
A la mañana siguiente, me levanté temprano sin problemas y salí para ver las computadoras del cliente de Vicente Lopez. La cosa es que cuando volví (hora pico) tuve un viaje en bondi terrible...
Primero subí, saqué boleto y me costó avanzar para el fondo: esos colectivos modernos con menos asientos tienen los pasamanos de arriba muy arriba. Yo con mi metro y medio no llego, así que tuve que ir surfeando hasta más de la mitad del bondi. Y ahí encontré un escalon alto con lucecitas, y a ambos lados había pasamanos verticales formando una arcada muy angosta. Mi camino hacia la puerta del fondo estaba obstruído por un señor muy corpulento; pedí permiso para avanzar pero el caballero no acusó recibo. Volví a pedir permiso. Nada.
Yo: - ¡¡¡ POR FAVOR, QUIERO PASAR !!!.
Nada.
Me enojé, invoqué al espíritu de Agustín Pichot y al mejor estilo Puma, me lo llevé puesto como dos asientos para atras del empujón que le metí. Se dio vuelta y me miró muy feo, pero yo lo ignoré.
El muy hijo de puta tuvo suerte, porque se consiguió un asiento mucho antes que yo, lo miré con envidia un rato largo, y cuando por fín yo también me senté, no pude resistir sacarle una foto.
Ya viajamos todos bastante amontonados. ¿Es necesario que los colectivos sean tan chiquitos?.
¿Es mejor viajar parado y recto o sentado y torcido?.
¿Queda como el culo dejar la mochila en lo que queda del asiento? ¿O es mejor eso a que el culo te quede como una mochila cuando el asiento duro te lo golpee y te lo suba?.
Por cosas como ésta, me puteo por no tener auto.
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